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Accidentes relacionados con un mal embalaje y trincaje

Publicado el 04.02.2025 en Embalaje industrial

Las personas que nos dedicamos al mundo de la logística tenemos claro que un buen embalaje es fundamental para garantizar la seguridad en el transporte de mercancías, ya que este elemento actúa como barrera ante todo tipo de factores externos para que los productos lleguen a su destino en buenas condiciones. Sin embargo, muchas veces nos encontramos con empresas que no tienen claro cuál es el packaging más adecuado para sus envíos, un desconocimiento que puede provocar accidentes en forma de daños o pérdidas en las mercancías y, como consecuencia, un mal servicio al cliente.

Según la Comisión Europea, un 25% de los accidentes que se producen en el sector del transporte profesional están relacionados, directa o indirectamente, con una deficitaria estiba de las cargas.

Por otra parte, desde OSETTRA, asesoría especializada en el sector del transporte, profundizan más en este aspecto y señalan entre las principales causas de siniestros asociados al transporte de mercancías las operaciones de carga y descarga (17,44%), la mala estiba (11,24%) y las mojaduras (4,33%).

gráfico de OSETTRA sobre las clases de siniestros de transporte

Estos datos nos pueden ayudar a entender hasta qué punto se trata de una cuestión crucial en el transporte.

En este artículo, vamos a repasar varios ejemplos de fallos de embalaje y a explicar cómo, mediante la selección adecuada de materiales y técnicas, se pueden evitar estos accidentes para que los envíos lleguen en perfecto estado.

Caídas, golpes o roturas

La función principal de los embalajes es evitar que las mercancías almacenadas en su interior se resientan con el impacto de elementos externos. Pero es muy difícil cumplir este objetivo si las propias cajas sufren desperfectos durante el transporte.

En este primer caso, podemos ver cómo varios de los paquetes se han roto durante el transporte, dejando a la vista los materiales que contienen.

cajas de cartón rotas por el lateral

A lo largo de la cadena de suministro, los embalajes pasan por muchas manos y vehículos. Es todo este proceso, deben hacer frente a numerosos esfuerzos físicos que ponen en peligro su integridad. Estos son los principales:

  • Golpes externos: Uno de los accidentes más comunes es la caída de las cajas durante la carga y descarga. Aunque también pueden producirse choques entre las cargas durante el desplazamiento, si no están correctamente sujetas.
  • Impactos internos: Cuando no se utilizan materiales de protección adecuados, los productos pueden desplazarse y chocar en el interior del embalaje a causa de movimientos bruscos o caídas.
  • Vibraciones: Los motores de los vehículos y la irregularidad en el trazado provocan vibraciones que, aunque no son especialmente peligrosas para los grandes equipos industriales, pueden ser muy dañinas para componentes electrónicos o materiales frágiles.
  • Esfuerzos asociados al transporte: Desde la tensión que se produce al desplazar los contenedores con grúas o carretillas hasta el peso que deben soportar las cajas apiladas, son numerosas las exigencias físicas a las que debe resistir un buen embalaje.

Pese a estas amenazas, reducir las posibilidades de rotura del embalaje y los productos en su interior no es complicado. La solución más evidente es trabajar con contenedores robustos, hechos de materiales que resistan bien los golpes. Por ejemplo, una caja de madera ofrecerá normalmente más seguridad que una de cartón.

Además, un buen envoltorio debe complementarse con materiales amortiguadores. En esta categoría se incluyen elementos como las espumas, burbujas plásticas o rellenos; es decir, todos aquellos materiales que pueden absorber los impactos y proteger los productos frágiles en caso de que el paquete reciba golpes.

Con estas recomendaciones, minimizamos las posibilidades de que las mercancías sufran daños por culpa de un embalaje demasiado frágil.

Daños en la mercancía debido a condiciones climáticas adversas

En nuestro segundo ejemplo, nos encontramos con una caja de cartón que ha empezado a deshacerse porque se ha mojado.

caja de cartón con la parte superior mojada

La lluvia, el viento, la humedad, las temperaturas extremas o la falta de ventilación son factores de riesgo para ciertos tipos de productos. Estas condiciones climáticas no solo afectan a las mercancías durante la carga y descarga, sino que también pueden darse en el interior de los vehículos. Por ejemplo, dentro de los contenedores marítimos suele producirse condensación a causa del contraste térmico.

Para garantizar la seguridad en el transporte, las empresas deben tener en cuenta estos factores a la hora de buscar el embalaje más adecuado, según las características y necesidades de sus productos.

Una muestra muy clara de la influencia del clima en el transporte son los productos farmacéuticos, que necesitan una temperatura estable, o los componentes electrónicos, que son muy sensibles a las temperaturas altas. En estos casos, es importante que el embalaje sea adecuado para un transporte refrigerado o a baja temperatura.

También hay otros tipos de embalaje que pueden frenar los daños en mercancías más generales. Los materiales impermeables, como el retractilado de plástico o la madera, son una respuesta directa para aquellas mercancías que no puedan exponerse a la humedad. Si, además, hablamos del transporte de piezas metálicas, recomendamos utilizar fundas anticorrosión.

Desplazamiento de la carga

mercancías paletizadas que se han desplazado y caído

Otro tipo de accidente común relacionado con el trincaje y el acondicionamiento de la carga es el desplazamiento de esta dentro del vehículo o del contenedor. Un siniestro de estas características no solo puede generar pérdidas económicas y daños materiales, sino que también puede poner en peligro la seguridad y la integridad de los profesionales encargados de manipular las mercancías. De hecho, en el caso del transporte terrestre, también puede suponer problemas en la seguridad vial en algunos casos.

Estos incidentes pueden producirse por diversas causas, la mayoría de las cuales pueden preverse con facilidad al trabajar con expertos:

  • Trincaje insuficiente: Los desplazamientos pueden producirse por la falta o el uso inadecuado de cintas de trincaje, sacos hinchables u otros dispositivos de fijación.
  • Distribución desigual del peso: No tener en cuenta aspectos como el volumen y el peso de las mercancías al cargar camiones y contenedores acaba generando inestabilidad y riesgo de vuelco.
  • Desgaste o fallo de los sistemas de sujeción: Es fundamental que los operarios encargados de la estiba de las mercancías revisen el estado en que se encuentran los equipos que emplean, ya que las cintas rotas, los anclajes débiles o los puntos de amarre deficientes pueden provocar numerosos desperfectos.

En definitiva, la fórmula teórica es muy sencilla: combinar un buen embalaje con un buen trincaje. En la práctica, es igual de fácil, déjalo en manos de profesionales.

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